La transformación digital está llevando a que administraciones, proveedores de servicios y empresas tecnológicas trabajen enfocados en ofrecer soluciones dedicadas a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El mundo se urbaniza de forma acelerada y las zonas rurales están cada vez menos habitadas. Esto supone una mejora de la eficiencia de los recursos, usando la tecnología para ayudar a  conectar las ciudades con sus habitantes y desarrollar lo que se conoce como núcleos urbanos inteligentes o  Smart Cities.

Nada de esto es nuevo. En el ámbito de las ciudades inteligentes se mueve una amplia gama de diferentes actores, intereses y aportaciones que tratan de gestionar los servicios públicos, la movilidad, la energía, etc. Estos aspectos de la vida urbana implican un proceso, que manejan una ingente cantidad de información y su tratamiento y extrapolación requiere de infraestructuras tecnológicas que agilicen la toma de decisiones y potencien su capacidad de almacenamiento. Todos estos datos se canalizan a través del cloud computing y big data. Su tratamiento y análisis en la nube mejora la vida de los ciudadanos conectados. El uso del big data o el Internet de las cosas favorece la creación de un modelo de infraestructuras conectadas que permite mejoras, derivadas de las necesidades de la población.

Las soluciones en sostenibilidad, control del tráfico, transporte o seguridad pública son algunas de las soluciones que ya se han empezado a implementar en grandes y pequeñas ciudades. Poco a poco y cada vez más los objetos que nos rodean se envían información para convertir las ciudades en espacios autosuficientes. Entre las ciudades más avanzadas se encuentran, por ejemplo, Chicago. Será una de las primeras ciudades en instalar sensores urbanos que medirán la calidad del aire, las precipitaciones y el viento, entre otras muchas cosas. Una tecnología que ya se está probando en Praga y en algunos barrios de la periferia de Londres, es el proyecto CityTouch de Philips. Un sistema inteligente de gestión de la iluminación que plantea soluciones de iluminación, conectadas a la red permitiendo controlar activamente sus sistemas de alumbrado.

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En España también estamos al tanto de las iniciativas inteligentes. Es el caso de Santander, que desde 2009 trabaja en un proyecto donde gracias a Internet y las nuevas tecnologías, coordinar e integrar en sus espacios las mejores soluciones inteligentes para convertir a la ciudad cántabra en la primera Smart City de Europa. Otras ciudades como Barcelona, Zaragoza, Sevilla o Málaga le siguen muy de cerca. Recientemente, las dos ciudades andaluzas han puesto en marcha dos centros de la tecnología de vanguardia Fireware, donde se impulsará el desarrollo del Internet de las cosas y smart cities. Son los primeros del país y acogerán a las empresas y profesionales que estén interesados en trabajar con esta tecnología, impulsada por la Unión Europea.

Estamos inmersos en una transformación muy potente donde la tecnología está revolucionando los patrones de comportamiento. Un cambio que viene determinado en parte por el análisis y tratamiento de datos a través del big data. Ahora somos capaces de hacer previsiones y predecir riesgos. Sin embargo, la transición hacia una completa conectividad de los ciudadanos no es tan fácil. Por el momento, esperaremos a que todos estos conceptos se integren en la sociedad y los ciudadanos faciliten la recopilación de datos. Mientras, desde Hasten Group, seguimos trabajando para proporcionar tanto a administraciones públicas como profesionales del sector, las mejores soluciones con metodologías ágiles en materia de smart cities, big data o movilidad, entre otras variedades de servicios. Consúltenos sin compromiso.

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